Soy Priscila, mamá de cuatro hijos y mujer resiliente.

A los 38 años, la vida me enfrentó a uno de los momentos más duros: quedé viuda. El dolor fue inmenso, físico, abrumador… pero también fue el punto de partida de una nueva versión de mí. En medio del duelo, encontré fuerza en mis hijos y una motivación profunda por salir adelante.

Reflexioné, crecí, y decidí crear un espacio donde pudiera compartir alegría, belleza y esperanza. Así nació este salón: como un lugar para cuidar, para mimar, para levantar el ánimo… para hacer sentir bien a otras mujeres.

Hoy disfruto ver cómo cada clienta entra con una historia y sale con una sonrisa. Porque este salón no es solo sobre estética. Es sobre sentirnos vivas. Es sobre creer en nosotras.

Y si estás aquí, bienvenida. Este también puede ser tu lugar. 🌟